Me parece excesivamente catastrofista. Estoy de acuerdo que, en cuanto la industria cinematográfica apueste inequívocamente por lo digital, que lo hará, más temprano que tarde, por tema de costes principalmente, habrá un punto de inflexión en el mundo argéntico. Recordemos que las nuevas Portras de Kodak, por poner un ejemplo, se basan en las Vision T para cine, y éstas han sido capacitadas para competir con el digital (grano fino, facilidad en la postproducción, escaneado...), pensándose siempre que acabrán convertidas en unos y ceros, como todo hoy en día.
Los países emergentes (China e India) han sido los últimos en apostar decididamente por lo digital. Con lo cual se pierden importantes clientes.
No obstante cuesta creer que todo el universo argéntico vaya a desaparecer engullido por este agujero negro, para el bolsillo, que representa el digital. Es fácil hacer película y químicos. Difícil es, como dice el artículo, mantener los mismos estándares de calidad en la película, aún conservando las formulaciones y máquinas.
Yo creo que siempre habrá un nicho de mercado para el que alguien, ya sea en la Europa del Este o Asia, fabricará con sus estándares, basados en viejas formulaciones. El mundo globalizado e Internet facilitará que no todo, definitivamente, se pierda.
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