La caja de embalaje es igual a las que se utilizan para guardar y transportar las obras de arte de cualquier exposición. Los listones de madera y los anclajes están perfectos. El tiempo, casi sesenta años, la ha oscurecido, pero no estropeado. Dentro, empaquetadas con un cuidado exquisito, se encontraban 83 copias vintage, montadas en cartón de fibra, junto a las cartelas en las que se recogen los títulos y autorías de las obras. Eran las fotografías originales de ocho legendarios artistas de la agencia Magnum: Werner Bischof, Henri Cartier-Bresson, Robert Capa, Ernst Haas, Erich Lessing, Jean Marquis, Inge Morath y Marc Riboud; ocho reportajes míticos que integraron la primera exposición de la cooperativa.
Con el título de Magnum Photo Gesicht der Zeit (El rostro del tiempo), la muestra recorrió cinco ciudades austriacas entre junio de 1955 y febrero de 1956. Alguien recogió todo el material de la exposición y lo guardó en los estantes de uno de los almacenes del Instituto Francés de Innsbruck (Austria), donde permaneció hasta que en 2008, por pura casualidad, fue encontrado en perfecto estado. Lorenza Bravetta, directora de Magnum Photos para Europa, explica lo ocurrido diciendo que entonces no se controlaba tanto el proceso y que incluso ahora pueden ocurrir hechos similares. “No había mala intención de nadie. Fue un despiste felizmente resuelto”, apunta.
El embalaje de tablas, junto al texto de presentación de la exposición original y el poster, es la primera pieza que se muestra en la recreación de la exposición que bajo el título de Magnum’s First se puede visitar en la Fundación Canal. Antes ha sido vista en Viena, Hamburgo, Munich y Fellbach y después seguirá itinerando por todo el mundo.
El País
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