Que buen reportaje Gabriel. Me gustan todas en general, pero en particular la del perro y la escalera se salen
Tiene que ser una gozada pasear por sus calles y charlar con su gente.
Alguna vez habrá que ir a verla
Si tengo que elegir, siempre en BN
M6 y M3, 35 summicron asph, 50 elmar escamoteable, 90 elmarit, 21mm color-skopar
Mi blog http://luiso5.blogspot.com.es
Gracias, Luis. Pues te diré: lo de hablar con la gente es más bien acongojante. Hay quien se atreve a proclamar el abuso a que están sometidos, pero muchos, quizá la mayoría, tienen mucho miedo a que los vecinos o compañeros de trabajo les denuncien si critican el régimen. En los edificios hay vigilantes adictos al régimen que tienen el encargo de denunciar los vecinos que "no son buenos revolucionarios". A los que teneis 60 años o mas eso os resultará familiar, mientras que a los más jóvenes os parecerá una estupidez.
Y un montón de pillos y pillas que manejan la picaresca de la tomadura de pelo y de dòlares al turista.
Pero bueno, el viejo tiburón está gagá y su hermano debe tener caguetas de pánico después de ver cómo acabó Gadaffi.
Esta noche, ¡Mas fotos!
Edito y añado: cuando estaba allí me hice la siguiente reflexión: "una revolución que al cabo de 50 años necesita retroalimentarse del hecho de que haya habido la revolución es una muestra de que no han llegado a ninguna parte, de otro modo ya lo considerarían normal y consolidado."
Saludos de Pixelman
Unas fotos magnificas, la verdad es que es un tesoro de país para afotar, lastima por ellos, pero para el fotografo de calle debe de ser una locura
Tanto La Habana Vieja como la moderna, como las ciudades del resto de la isla o los paisajes rurales son extraordinarios. Su gente tiene un encanto especial, salvo los pillos que van a ****rte o los que te enrolan a un bombardeo, pero suelen ser amables, acogedores y charlatanes y simpáticos. No suelen rehuir al fotógrafo ni pedirle nada, con las razonables excepciones. Objetivo en ristre no pasa nada ni suele haber más protestas que cubrirse el rostro; pero si te enrollas todo va como una seda.
La observación del entorno urbano el La Habana es una auténtica aventura. Para el fotógrafo observador no hay un solo metro desaprovechable.
Un viaje aconsejable, aunque no es barato porque obligan al turista a pagar el dólar cubano a 26 veces su valor interior, de modo que comer en un restaurante medianamente bueno de La Habana viene a costar lo mismo que uno de aquí del mismo nivel.
Confieso que duele sacarle partido a la miseria de otros por lo pintoresco que pueda tener, pero...
Saludos de Pixelman
Me quito el sombrero Pixelman!!!!
Magnificas!!
Me gustan todas!
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